te necesito tanto
en esta noche
se me vuelven
deseo
las persianas corridas,
abrazada a la almohada
rellena de esperanzas
te sueño con voz alta
y manoteo el olvido,
en la mesa de luz
sobre la cama
vacío hay un rincón
que se fuma el silencio
hay gatas que te llaman
en celo por las calles
hay voces que se quedan
haciendo sombras blancas
detrás,
en las ventanas
escucho que tu piel
duerme desesperada
transpirada de mí
despertada por duendes,
allá lejos quizás
y cuando llueve.
